Ah, la manicura permanente. ¿Quién no ha soñado con lucir unas uñas impecables durante dos o tres semanas sin necesidad de tocar el esmalte? Pero como ocurre con cualquier servicio de belleza, existen ventajas y Contras que hay que sopesar, especialmente cuando se habla de este servicio de alta fijación y alto brillo. Con la manicurista de O.P.I Francia Alexandra Falba, desglosamos la verdad sobre el proceso, incluidas las mejores prácticas para que tus uñas no sufran.
¿Qué es la manicura permanente?
Entonces, ¿qué es una manicura permanente? Imagínese unas uñas perfectamente lacadas que conservan su aspecto brillante durante días o incluso semanas después de su visita al instituto. ¿Como es posible? Gracias a una fórmula especial que, a diferencia del barniz tradicional, está compuesta por moléculas acrílicas similares a la gelatina. ¡Cada capa se seca bajo una lámpara UV para una instalación impecable!
¿Qué resultado puedes esperar de una manicura permanente?
¿Cuál es la expectativa realista aquí? Al final de este proceso, quedarás con las uñas secas, por lo tanto sin riesgo de que se manchen accidentalmente. Tus uñas también lucirán brillantes y ligeramente abombadas debido al grosor del producto. Eso sí, como dice nuestro experto de OPI, dura entre dos y tres semanas. Pero tenga cuidado de no retrasar demasiado la eliminación de la manicura permanente: esto podría dañar la uña de debajo.
¿Para quién es esta manicura y cuánto cuesta?
¿Para quién es esta manicura y cuánto cuesta? Es la herramienta perfecta para quienes siempre tienen prisa pero aún quieren lucir una manicura cuidada. Cuesta de media unos 35€, con un coste adicional de 12-15€ por la eliminación de la manicura.
Pero tenga cuidado: la manicura permanente puede dañar potencialmente sus uñas si ciertos pasos no se siguen correctamente. Dos pasos cruciales parecen ser lijar la uña antes de la aplicación y retirar el producto. Recuerde también que las lámparas LED o UV utilizadas durante una manicura permanente pueden dañar las células de la piel y suponer un bajo riesgo cancerígeno. Por ello, los expertos recomiendan espaciar las aplicaciones de esmalte y aplicar protector solar o incluso usar guantes anti-UV en cada visita.